viernes, 13 de febrero de 2015

BUDÍN DE NARANJAS CONFITADAS

En la entrada de las Cáscaras de naranja confitadas les decía que son una golosina deliciosa por sí solas y que, además, pueden emplearse en multitud de recetas que requieran fruta confitada entre sus ingredientes y daba como ejemplo el panettone milanés y la cassata siciliana.
Otro ejemplo es el budín de naranja confitada que presentó el chef argentino Oswaldo Gross en el canal gourmet y que voy a compartir con ustedes. El budín es a los argentinos como el pudín para nosotros, los colombianos.
Ingredientes para el budín:
200 g de naranjas confitadas
200 g de azúcar
250 g de margarina
180 g de pasta de almendras
300 g de harina
20 g de polvo de hornear
5 huevos
¼ cucharadita de sal
Ralladura de una naranja
Ingredientes para el glaseado de chocolate:
50 g de glucosa
150 g de chocolate semi amargo
150 g de crema de leche


Tamice la harina junto con el polvo de hornear y la sal. Pele, tueste y procese 200 g de almendras hasta el punto pasta. Coloque en el bol de la batidora la mitad de la margarina con la pasta de almendras.






Bata por unos minutos y agregue el resto de la margarina, el azúcar y los huevos uno a uno. Agregue la ralladura de naranja y con movimiento envolvente, añada un tercio de harina, revuelva y agregue el resto de la harina.





Por último, pique las cáscaras de naranja confitadas, mézclelas con tres cucharadas de harina e intégrelas a la masa con movimiento envolvente.







En un molde rectangular de 20x8 cm, previamente engrasado y enharinado, vuelque la masa, empareje la superficie y cocine en el horno precalentado a 175°C durante aproximadamente 50-55 minutos. Con esas cantidades salen dos.





Para el glaseado, en una cacerola coloque la crema de leche junto con la glucosa y una vez rompa hervor vierta sobre el chocolate picado. Deje reposar unos minutos y luego mezcle hasta fundir el chocolate por completo. Bañe el budín frío con el glaseado de chocolate.




jueves, 5 de febrero de 2015

PLÁTANO EN TENTACIÓN


El plátano en tentación, también conocido como plátano pícaro, es un plato típico de las regiones del Caribe, principalmente Colombia y Panamá. Este delicioso y tradicional plato es muy fácil de hacer. Consiste en plátanos maduros cocidos con azúcar, canela y refresco de kola. En Cartagena se hace con kola Román pero donde no vendan esta gaseosa se puede hacer con agua y esencia de kola. La calidad del plátano es importante a la hora de evaluar los resultados. Este debe estar maduro pero no maltratado. Con plátano amarillo no queda tan bueno.
Ingredientes:
1 o 2  plátanos maduros 
1 kola Román personal (350 ml)
2 rajas de canela
Azúcar al gusto
Se pela y se pica en  tres o cuatro  pedazos cada plátano.
Se coloca en una olla con la kola, canela y azúcar. 
Se lleva al fogón, a fuego medio hasta que el plátano esté cocido, el líquido esté casi todo evaporado y se forme un jarabe espeso. Se sirve como postre.

jueves, 29 de enero de 2015

CABELLITOS DE PAPAYA BICHE

Otro dulce típico del Caribe colombiano es el cabellito de papaya biche. Se cree que su origen es español y que fue aprendido por las cocineras africanas en las cocinas españolas durante la colonia. Hay quienes les llaman caballitos, pero parece más razonable el nombre de cabellito por la alegoría de las finas tiras de papaya con el cabello, además del parecido con el cabello de ángel que se hace con calabaza.
Ingredientes:
1 papaya verde (biche)
Azúcar de caña o panela
Canela y clavitos de olor




Pelar y retirar las semillas de la papaya, raspando bien el interior. 








Cortar en tiras finas no muy largas. 









Colocar las tiras en una olla con agua que las cubra y llevar a ebullición por aproximadamente veinte minutos, hasta que estén tiernas pero no desbaratándose. 






Transcurrido este tiempo, botar el agua y escurrir.




Aparte, colocar en una paila de fondo grueso el mismo  peso de la papaya en azúcar o panela y la mitad en agua, con  canela y clavitos de olor. Llevar al fogón y cuando empiece a hervir ( y la panela o el azúcar se haya desleído), agregar la papaya y dejar cocinar sin revolver mucho, solo raspando en fondo con cuchara de palo de vez en cuando para verificar que no se pegue.






El punto se consigue cuando el agua está casi totalmente evaporada y las paredes de la paila  se vean azucaradas. 









 Se baja del fuego y con una pinza se sacan porciones que se  esparcen sobre papel parafinado o placa de silicona para que los cabellitos se sequen. Una vez fríos y secos se guardan en recipientes herméticos.