La “crème brûlée” o
leche quemada es una crema deliciosamente delicada y fina que se elabora a
partir de la crema inglesa. El toque final lo aporta la capa de azúcar quemada
que le otorga una textura crocante inigualable. Un detalle importante para que
la crème brûlée salga bien, es cocinarla a temperatura baja – 100ºC – ya que el
exceso de calor malogra la crema. Se le puede dar otros sabores como chocolate,
cítricos o pistachos.
Se considera que la
primera mención de la crème brûlèe aparece en Francia, en el libro de cocina “Nouveau cuisinier royal et bourgeois” de
François Massialot, publicado en 1691. Este cocinero de Felipe I de Orleans,
precisa en su recetario que “es necesario echar bastante azúcar encima, aparte
de la que se echó dentro: se coge la paleta de fuego, al rojo vivo, y se quema
con ella la crema a fin de que coja un hermoso color oro.
Parece, sin embargo,
que Massialot retomó y perfeccionó dos recetas descritas por François Pierre de
la Varenne, 40 años antes en “El cocinero
francés”, publicado en 1651. El quemado de la superficie de un plato con
hierro al rojo vivo para darle color aparece en otras recetas del mismo libro,
por lo que esta costumbre no se limitaba a las cremas.
Ingredientes:
7 yemas
7 cucharadas de
azúcar
1 taza de leche
2 tazas de crema de
leche (nata)
½ cucharadita de
extracto de vainilla
Azúcar para quemar
Poner en un bol las
yemas, el azúcar y la vainilla. Mezclar sin llegar a batir, sólo lo suficiente
como para unir las yemas y el azúcar. Aparte llevar a calentar la leche y la
crema de leche hasta que rompa el hervor. Apenas hierva se apaga el fuego y se
vuelca lentamente sobre las yemas, siempre revolviendo, para evitar que el
calor las cocine. Una vez terminada esta operación se notará que en la
superficie se ha formado espuma. Retirarla cuidadosamente con una cuchara, del
centro hacia la orilla, para que la presentación final quede bien. Repartir en
potes chicos y cocinar en horno a 100ºC, al baño maría. El agua del baño maría
debe estar caliente pero no debe hervir en ningún momento. Si esto ocurriese
agregue un chorro de agua natural. Si bien el tiempo de cocción es relativo (ya
que depende de cada horno) se puede decir que lleva entre 30 -40 minutos la
cocción de la crème brûlée.
Se conoce el punto de cocción cuando los bordes están firmes y el centro algo blando o húmedo.Se retiran los recipientes del horno y se dejan refrescar a temperatura ambiente. Luego se espolvorea con una fina capa de azúcar la superficie y con ayuda de una plancheta bien caliente o con un soplete se va quemando el azúcar hasta que tome color caramelo. Si desea puede cubrir nuevamente con azúcar y pasar la planchita para quemar otra vez. Esto la deja más crocante. Se puede servir enseguida o refrigerarla. Por lo general se sirve fría ya que la frescura de la crema contrasta con lo crocante del caramelo.
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