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miércoles, 30 de agosto de 2017

PIE DE MANZANA

                               
Se calcula que el pie (lease pai) ha existido desde 2000 años AC entre los griegos y los egipcios. De Grecia llega a Roma. La primera receta conocida de pie data de los romanos y era con queso y miel.
Los pies aparecieron en Inglaterra en el siglo XII y fueron predominantemente de carne. Según cuentan los historiadores, el “lemon pie” y “Apple pie” han sido preparados desde la época medieval. A partir del siglo XVI se diseminó la receta a lo largo de las colonias inglesas y los colonos británicos, franceses y holandeses la llevaron al otro lado del Atlántico a países como Estados Unidos, donde ya en el siglo XVII era un postre popular. De estas primeras recetas traídas por los colonos al actual “American Apple pie”, símbolo nacional, pocas han sido las modificaciones.
Algunos cocineros preparan la mermelada de manzana antes de agregarla a la base del pie. Estoy experimentando a colocar la manzana cruda, cortada en rebanadas finas, como hice con el pie de mango, a ver si nos evitamos un paso.
Ingredientes para la masa:
500 g de harina.
250 g de mantequilla fría, cortada en pequeños cubos
50 g de azúcar
1 cucharadita de sal
7 cucharas soperas de agua fría
Ingredientes para el relleno:
8 manzanas grandes
1 taza de azúcar
1 cucharada de canela molida
2 cucharadas de fécula de maíz
Zumo de un limón
50 g de mantequilla



Para elaborar la masa, cernir la harina en un bol, añadir el azúcar, la sal y la mantequilla fría, cortada en trocitos. Mezcla con la yema de los dedos hasta lograr una masa arenosa. Con extremo cuidado agregue el agua por cucharadas hasta que se forme una masa compacta que no se pegue a los dedos. Dividimos la masa en dos partes iguales, cubrimos con papel film y refrigeramos al menos una hora. También podemos hacer esta masa con antelación ya que se mantiene congelada hasta un mes.





Cuando la masa haya enfriado por completo cogemos una de las dos mitades y con ayuda de un rodillo, y sobre una superficie enharinada, le damos la forma necesaria para cubrir la base de nuestro molde. Barnizamos con la clara y dejamos secar. Mientras preparamos el relleno.










Pelamos y cortamos las manzanas en rebanadas bien delgaditas y las ponemos en un recipiente grande junto con el zumo de limón, azúcar, canela y fécula de maíz. Mezclamos bien hasta que todos los trozos queden cubiertos por el resto de los ingredientes.









Tomamos el molde cubierto con la masa, y lo llenamos con todas las manzanas. Es importante ser generosos a la hora de llenar el molde ya que al hornear, las manzanas reducen considerablemente su tamaño y si no llenamos bien el molde, tras el horneado se quedará hueca.





Por último, repartimos los trocitos de mantequilla sobre las manzanas y cubrimos con la otra mitad de la masa. Hay que hacer unos cortes en la masa de la cobertura para que el pie respire. Con la ayuda de un pincel pintamos toda la superficie con la yema batida con un poquito de agua y espolvoreamos azúcar al gusto.






Horneamos 20 minutos en un horno precalentado a 200°C, cubierto con papel aluminio. Pasado ese tiempo, bajamos la temperatura a 175°C, retiramos el papel aluminio  y horneamos otros 40-50 minutos más hasta que se vea dorada. Para comprobar si está lista, pinchamos el pie y si las manzanas están bien blandas ya está lista. Si se sienten duras le falta un poco.

Se recomienda comer tibia con helado de vainilla.