La torta terciopelo rojo (red velvet) es un pastel típico del sur de los Estados Unidos que obtiene su nombre del color rojo del pastel y siempre se acompaña con un frosting de queso crema. Existen varias historias sobre su origen, entre ellas, una que involucra al hotel Waldorf Astoria de Nueva York en torno a los años 50. Esta torta se popularizó en 1989 gracias a la película Magnolia de Acero.
Para la elaboración de la torta se necesita suero lácteo (buttermilk) y
para el frosting queso crema, del tipo philadelphia. Como en estas tierritas no
se consiguen todos los productos que se encuentran fácilmente en cualquier
tienda de EEUU, tenemos que desarrollar la creatividad. Así que he tomado dos
litros de yogurt natural sin dulce lo he puesto a decantar de un día para otro
en refrigeración removiendo varias veces para sacar la máxima cantidad de
líquido y así he obtenido el suero para la torta y el queso crema para el
frosting. Si nos apresuramos y no sacamos el mayor grado de humedad al queso,
queda muy blando y no monta, estropeando el frosting.
Ingredientes:
3 tazas
de harina
1 ½ tazas
de azúcar
½
cucharada de cocoa
1
cucharadita de sal
3
cucharaditas de polvo de hornear
3 huevos
grandes
300 ml de
aceite de girasol
240 ml de
suero lácteo (buttermilk)
½
cucharada de colorante rojo
1
cucharadita de vainilla
Para el
frosting
400 g de
queso de untar
300 g de
azúcar glas
150 g de
mantequilla pomada
1
cucharadita de vainilla
1 pizca
de sal
Se tamizan juntos los ingredientes secos para evitar que salgan grumos (harina, azúcar, cacao, sal y polvo de hornear. Reservamos.
En un bol batimos los huevos por aproximadamente un minuto.
Luego agregamos el aceite, el suero, el colorante y la vainilla.
A la mezcla coloreada le agregamos poco a poco, sin dejar de batir, los ingredientes previamente tamizados.
Luego agregamos el aceite, el suero, el colorante y la vainilla.
A la mezcla coloreada le agregamos poco a poco, sin dejar de batir, los ingredientes previamente tamizados.
Echamos la mezcla en un molde previamente engrasado y enharinado y lo llevamos al horno precalentado a 175°C por aproximadamente 45 minutos, hasta que, al introducir un palillo, este salga limpio.
Mientras se enfría el biscocho, batimos la mantequilla hasta que esté cremosa y de un color más pálido, agregamos el azúcar poco a poco, la esencia de vainilla y la pizca de sal. Para terminar, agregamos el queso crema, poco a poco hasta conseguir una mezcla que haga picos y se vea consistente.