Los panderos son
galletas hechas con almidón de yuca, huevo, azúcar y anís, que se prepara en
toda Colombia con una receta muy parecida. En algunas regiones utilizan licor
de anís (aguardiente o anisado) pero yo aprendí de mi mamá y ella de la suya a
hacerlos con anís en grano, sin licor.
En la entrada del
enyucado les referí que la yuca era el aporte de la cultura indígena a nuestra
gastronomía Caribe. Y es que la yuca es un cultivo tropical originario de
Suramérica que fue domesticado para alimento hace unos 5000 años por los grupos
de cazadores recolectores del Caribe y
de las zonas amazónicas. Existen evidencias de instrumentos líticos encontrados
en algunas capas de los concheros ubicados en Puerto hormiga, en el Canal del
Dique (departamento de Bolívar), cuyas fechas datan entre 3100 y 2500 a. C.,
donde se encontraron grandes platos pandos o budares para triturar raíces y
semillas.
Una leyenda indígena
dice, además, que los aborígenes lograron hacer que la yuca fuera comestible
eliminando su veneno al cocinarla, y por eso la yuca simboliza la conversión de
la muerte en vida.
Como les contaba al
inicio, la receta que voy a compartir hoy, la recibí de mi mamá y estos son los
ingredientes:
2 tazas de almidón de
yuca
1 taza de azúcar
1 huevo
1 cucharadita de anís
en grano
100 g de margarina
¼ cucharadita de sal
Divida la
masa en tantos pedazos, según el tamaño que le quiera dar a los panderos. Estos
se pueden enrollar en espiral o simplemente hacer una bolita que se aplastará
un poco con un trinche para hacerle canalitas.
Engrasar una tártara, colocar
los panderos y hornear a fuego medio (180°C) por 20 minutos aproximadamente,
hasta que se vean levemente dorados por debajo pero blancos por encima. Enfriar
y guardar en empaque hermético.