Las gomitas,
también denominadas pastillas de goma o gominolas, son caramelos masticables
muy dulces, elaborados a partir de gelatina a la que se le añaden edulcorantes,
saborizantes y colorantes alimentarios. Llevan un acabado para que no se pequen
entre sí.
Las
gomitas se originaron en el año 1905 mediante el vino fermentado en una mezcla
en presencia de un agente espesante. Por esta razón se denominan en inglés
“wine gum”, o sea, gomas de vino. En la actualidad no se emplea vino
sustituyendo su textura por la de gelatina.
Cuando
se hacen las gomitas utilizando solamente gelatina, agua y azúcar, pueden
suceder dos cosas: tendremos gomitas muy blandas si excedemos el agua o por el
contrario chiclosas si aumentamos demasiado la gelatina. Las gomitas
comerciales utilizan una cantidad de químicos (espesantes, mejorantes,
conservantes) para lograr la consistencia. Así que empecé a hacer mi
investigación y experimentación para conseguir unas gomitas que, además de
ricas y nutritivas, tuvieran una consistencia agradable al paladar.
Encontré
en una página en la web, que el agar-agar es una gelatina que se obtiene de un
alga marina y que no necesita refrigeración para que cuaje bien. Pero se
presentó un inconveniente: no conseguí agar-agar en ninguna tienda de esta
ciudad. Entonces recordé que los fabricantes de dulces artesanales utilizan
harina de arroz para logar una mejor textura y un mayor secado de las
conservas. También encontré en la web que se puede usar puré de frutas en vez
de agua. Bien, probé diferentes opciones y jugué un poco con las cantidades. Ya
tengo el resultado: unas gomitas que no están húmedas y que además se dejan
masticar muy bien.
Todavía
tengo que investigar por qué al rato de ser rebozadas con azúcar comienzan a
humedecerse. Por ahora la solución es la misma que se aplica al sufflé,
consumir inmediatamente después de rebozadas.
Ingredientes:
100 g de crema de arroz o
puré de frutas
50 g de azúcar
1 sobre
de gelatina sin sabor (7 g)
1 sobre de gelatina con sabor (40 g)
1 limón
Aceite neutro (para
engrasar los moldes)
Azúcar refinada (para
rebozar)
Cocinamos 20 g de
arroz en aproximadamente 1 ½ taza de agua hasta que ésta esté evaporada en casi
su totalidad y el grano esté abierto y blando. Dejamos reposar y procesamos. Tomamos 100 gramos de esta crema y la llevamos al fogón, en una olla, con los 50 gramos de azúcar y el jugo de un limón, dejamos que hierva un rato. Si vamos a utilizar puré de frutas en vez de crema de arroz, las procesamos y colamos. Tomamos 100 gramos de este puré y lo colocamos en una olla con los 50 gramos de azúcar y el jugo un limón. Procedemos igual que con la crema de arroz.
Bajamos el fuego y agregamos la gelatina con el sabor, revolvemos vigorosamente hasta que esté totalmente disuelta, sin dejar que hierva. Apagamos y agregamos en forma de lluvia el sobre de gelatina sin sabor. Revolvemos hasta que no quede ningún grumo.
Dejamos reposar unos dos minutos y vertemos en molde ligeramente engrasado, preferiblemente de silicona.
Dejamos enfriar a temperatura ambiente por doce horas antes de desmoldarlas.
Rebozarlas con azúcar para que no se peguen entre sí.