“Mis mejores recetas dulces” hacen parte del capítulo Postres del libro de cocina que he llamado Mis mejores recetas. Allí he hecho una recopilación de recetas de cocina internacional, con más de treinta años de experimentación, tomadas de la herencia familiar, de cursos realizados, de los menús de las amigas y de algunos programas de televisión. Comenzó como una necesidad por preservar todos los apuntes, recetas, “truquitos” que he ido recogiendo durante todos estos años.
miércoles, 7 de febrero de 2018
DULCE DE MANGO
En una entrada anterior les hablé de la importancia de la dulcería en la costa Caribe de Colombia. Naturalmente estamos hablando de departamentos como Cesar, Magdalena, Bolívar, Atlántico, Sucre, Córdoba y la parte norte de Antioquia. Esta zona de Colombia cuenta con la presencia de frutos tan especiales como el coco, mamey, icaco, tamarindo, mamoncillo, ciruela, mango y muchos otros de difícil consecución en el resto del país.
Así que sólo se tiene que escoger la fruta preferida y siguiendo un procedimiento similar, tendremos dulce de mamey, de coco, de guayaba, etc. Generalmente las proporciones son el doble de pulpa que de azúcar. Claro que esto siempre no es exacto porque va a depender del gusto del cocinero y de la acidez de la fruta. A más ácido más azúcar.
Hoy voy a compartir la receta del dulce de mango, que se hace preferiblemente con mangos pequeños, que tengan fibra y que estén “hechos”, es decir, verdes por fuera, pero por dentro ya tienen algo de color.
Ingredientes:
Mangos hechos
Azúcar c/n
Canela al gusto
Agua
Se escogen los mangos, de preferencia pequeños, se lavan bien y se pelan. Se llevan al fogón, en abundante agua que los cubra por aproximadamente 30 minutos o hasta que se vean blandos, pero sin desbaratarse.
Se escurre el agua y se pesan. Se prepara un almíbar flojo con la mitad del peso de los mangos en azúcar. Se adiciona rajas de canela al gusto. Cuando empiece a hervir se agregan los mangos y se continua a fuego lento hasta que tenga punto.
Se revuelve de vez en cuando para que no se pegue al fondo de la paila, pero sin desbaratarlos. La idea es servir a los comensales el mango entero en un almíbar espeso.
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