Las bolas de
tamarindo, junto con los cabellitos, las cocadas, las alegrías, las panelitas
de leche, entre otros, hacen parte de la dulcería tradicional de nuestra costa
caribe. En ellas se combina muy bien lo ácido con lo dulce. Su elaboración es
totalmente artesanal, fácil y los únicos
ingredientes son azúcar y tamarindo
crudo. Las cantidades se calculan teniendo en cuenta el grado de acidez del
tamarindo y el gusto de la cocinera. Generalmente es el doble de azúcar que de
tamarindo.
En la web vi algunas
recetas, procedentes de Guatemala, donde las bolas de tamarindo las hacen cocinando
el tamarindo y procediendo con la técnica de los dulces. Me queda pendiente esa
investigación porque hasta ahora no he hecho dulce de tamarindo. Habrá que
probarlo.
Ingredientes:
250 g de tamarindo sin
cáscara
500 g de azúcar
Luego de una hora aproximadamente se adiciona el azúcar, poco a poco, y se
comienza a amasar hasta lograr que la pulpa del tamarindo y el azúcar se
integren formando una masa maleable. Las semillas deben seguir dentro de la
piel que las cubre y harán parte de la bola de tamarindo (para poder sacarlas
con los dientes). Probar y si aún está muy ácida la mezcla, adicionar azúcar a gusto.
Tomar porciones de esta mezcla y formar las bolas del tamaño
deseado. Espolvorear con azúcar para que no se peguen entre sí y dejar secar a
temperatura ambiente o al sol. Guardar en recipientes herméticos.