Existe confusión y no hay mucha claridad en la utilización de los términos pastel, tarta o pie (pai). Por definición una tarta es una masa de repostería rellena de ingredientes dulces o salados. La corteza está básicamente hecha de harina, mantequilla o manteca vegetal, sal y agua helada.
Dicen que la diferencia entre una tarta y un pie es que éste – el pie- casi siempre se cubre con otra capa de masa, mientras que las tartas siempre se dejan al descubierto.
Aunque la elaboración de pan y sus derivados se inició en el antiguo Egipto, nada indica que los primeros panaderos de la civilización tuvieran alguna vez la idea de rellenar un molde de pasta con carne, pescado o fruta. Este avance culinario se registró en la antigua Grecia, donde el “artocreas”, una tarta de carne picada con sólo una costra inferior de pan, gozó de varios siglos de popularidad. Dos características distinguían estas primeras tartas: no tenían un piso superior de pasta y el relleno nunca consistía en frutas o cremas, sino tan sólo carne o pescado.
La primera referencia occidental a una
tarta de frutas, y además una autentica tarta de postre, aparece en la historia
con fecha sorprendentemente tardía: en el reinado de Isabel I de Inglaterra, o
sea, en el siglo XVI.
Tomando como base los anteriores parámetros llamaré Tarta de coco a la receta que voy a compartir con ustedes hoy, aunque a mí me la enseñaron como Pastel de coco.
Tomando como base los anteriores parámetros llamaré Tarta de coco a la receta que voy a compartir con ustedes hoy, aunque a mí me la enseñaron como Pastel de coco.
Pasta:
2 tazas de harina
¼ cucharadita de sal
1 cucharadita de
polvo de hornear
1 cucharadita de
azúcar
150 g de mantequilla
5 cucharadas de agua
helada
Ciérnanse las 2 tazas de harina con la sal, el polvo de hornear y 1 cucharadita de azúcar. Se le agregan 150 g de mantequilla y se corta con tenedor y cuchillo,.
Agregue 5 cucharadas de agua helada. Se sigue cortando hasta hacer una pasta borronosa.
Se estira sobre un plato de pastel o molde engrasado y se asa a 300° hasta que esté doradito (15 minutos m/m).
Crema de coco:
4 huevos
½ taza de azúcar
¼ cucharadita de sal
3 cucharadas de fécula de maíz
2 cucharadas de
mantequilla
2 tazas de leche
½ cucharadita de
vainilla
1 coco pelado y
rallado
Para la crema, bata 4 yemas, agréguele ½ taza de azúcar, ¼ cucharadita de sal, 3 cucharadas llenas de fécula de maíz, 2 cucharadas de mantequilla. Agregue a esto 2 tazas de leche hirviendo y cuájelo revolviendo constantemente.
Bájelo y agregue vainilla al gusto y los 2/3 de un coco pelado y rallado.
Vacíe esta crema sobre la pasta.
Decórela con un merengón hecho con las claras que sobraron, batiéndolas a punto de nieve y adicionándole 4 cucharadas de azúcar.
Encima del merengue se agrega el resto del coco y se lleva a dorar un ratico al horno o se quema con soplete.