El bizcocho borracho,
al que también simplemente se le llama borracho, es un tipo de
bizcocho esponjoso, que se baña con un sabroso sirope que contiene un licor,
normalmente brandy o ron. Esta salsa le da nombre al bizcocho. Es un postre
típico de la gastronomía española, principalmente en las provincias de Cuenca y
Guadalajara en Castilla La Mancha. Sin embargo, la historia cuenta que la idea
fue del duque francés Estanislao Leszczynsky en 1737, quien derrotado y
deprimido en el exilio, le pidió a su jefe de repostería, Nicolás Stöhrer, que
le hiciera un bizcocho local y que lo bañara con vino malagueño. Entonces
el repostero tomó una torta y la empapó con el vino y la cubrió con mermelada
de albaricoque, la aromatizó con rosas briznas de azafrán de España.
El tipo de bebida alcohólica
usada para bañar a los borrachos varía dependiendo del lugar. Los más
habituales son el ron y el brandy y a veces el famoso vino de jerez. Sin
embargo, en algunos lugares usan vinos blancos dulces o vinos de postres
que le dan un sabor ligeramente distinto.
Los borrachos son un
complemento perfecto de los cafés o chocolates calientes en la mañana, van de
maravilla con el té de la tarde, incluso, funcionan bien como postre después de
la cena.
Ingredientes para el
bizcocho:
1 taza de harina
½ taza de
azúcar
1 cucharadita de polvo
de hornear
¼ cucharadita de sal
4 huevos
½ cucharadita de
vainilla
Almíbar: Se pone 1 taza
de azúcar en 1 ½ tazas de agua al fogón y se deja hervir bastante. Luego se
baja y se le agrega ½ taza de brandy o ron fino. Se mojan con
este almíbar los bizcochos.
Se prepara una crema
pastelera con 1 taza de leche, 2 yemas, ¼ taza de azúcar, 1 ½ cucharada de
fécula de maíz, vainilla, margarina y una pizca de sal y se vacía caliente
sobre los bizcochos.
Con las claras que sobraron
de la crema se hace un merengue italiano o suizo, agregándole el doble de
azúcar y ½ cucharadita de vainilla. Esto se pone encima de los bizcochos y se
adorna con trocitos de fruta fresca o en almíbar.