Esta bebida alcohólica antiquísima se obtiene a partir de la fermentación de una mezcla de agua y miel. Elaborada por griegos, romanos, celtas, normandos, sajones y vikingos, se cree que fue la primera bebida alcohólica fermentada consumida por los humanos. Existen diferentes tipos de hidromiel: con lúpulo, especias o zumo de frutas. Es una bebida libre de gluten, ya que ni la miel, ni la levadura lo contienen, por lo que es apta para celíacos.
El sabor del hidromiel es dulce. Sin embargo, las variedades que incluyen lúpulo tienden a ser amargas, por lo que su sabor se asemeja más al de una cerveza. Por su sabor meloso, el hidromiel es perfecto para maridar con queso y carnes de sabor intenso.
Por ser la miel su principal ingrediente podemos decir que el hidromiel es energético y revitalizante. Además, la fermentación aporta beneficios como ayudar a la digestión y reforzar el sistema inmune.
Hay tres maneras de preparar hidromiel y todas son correctas: se puede hacer cruda, fermentando la bebida con las levaduras salvajes de la propia miel. Este proceso es más complejo y la fermentación puede durar mucho más tiempo. Se puede pasteurizar, calentando el mosto por 30 minutos entre 65 y 70°C, esta es otra opción que permite conservar mejor los sabores y aromas de la miel. La tercera manera es hirviendo el mosto por 10-15 minutos. Es el método más seguro para evitar riesgos de contaminación.
Ingredientes:
1.5 kilo de miel
5 litros de agua
5 g levadura de vino o cerveza
Lo primero que haremos es desinfectar todos los materiales que se vayan a usar con lejía alimentaria. La proporción ha de ser una cucharada (4.5 ml) de lejía para 3 litros de agua. Se dejan los materiales en esta preparación por 30 minutos y luego se enjuagan.
Se debe seguir aumentando el calor hasta que el mosto comience a hervir. La ebullición debe durar entre 10 y 15 minutos. Este es el proceso de esterilización del mosto. Durante este proceso reaccionan las ceras y proteínas de la miel generando una espuma que debe ser retirada.
Cierra el fermentador y coloca la trampa de gases, que permite la salida de CO2 y a la vez impide que entre cualquier tipo de contaminación.
Cuando comience a salir gases y se forme una espuma sobre el mosto, es señal de que la fermentación ha comenzado. Este proceso durará varias semanas. Es importante mantener la temperatura del fermentador constante y que no le dé la luz del sol, ya que la luz puede influir en el sabor del hidromiel.
Una vez terminada la fermentación primaria es bueno realizar una maduración. Para ello se traslada el hidromiel a otro recipiente con cuidado para separarlo del sedimento. Este proceso de maduración puede durar mínimo entre 10 y 20 días. Para una maduración correcta lo mejor es poner el hidromiel en un lugar frío a temperatura de bodega entre 10 y 12°C. En este momento la densidad de nuestro hidromiel es de 60. Si restamos este valor de los 120 que tenía al inicio y multiplicamos por 131 tenemos que la bebida tiene aproximadamente 8 grados de alcohol.
Es el momento de embotellar. Si quieres que tu hidromiel salga con gas puedes añadir 7 gramos de azúcar por litro obtenido, antes de embotellar. Si añades azúcar al hidromiel debes usar botellas con tapas de seguridad como el vino espumoso o el champan. Deja que el hidromiel madure en botella durante un mes para que termine de fermentar y madurar y así se obtengan los mejores sabores y aromas.
Esta es la receta de hidromiel básica. Si quieres puedes hacer tu propia variación con especias, frutas, zumos o lúpulo. Es importante no añadir el lúpulo a temperaturas superiores a 80°C.