No mucha gente sabe que el
millo o mijo, como se conoce a nivel
mundial, fue uno de los primeros
cereales consumidos por el hombre. En China
e India ha sido el alimento básico durante más de 3.000 años y hoy es el
principal cereal para más de 400 millones de personas, especialmente para los
celíacos ya que no contiene gluten.
Sin embargo, en Colombia, más exactamente en la costa
caribe, se reconoce un solo uso principal
para este cereal: hacer las alegrías.
La alegría es un dulce típico del caribe, aporte de
nuestros ancestros africanos y que ha sido conservado, casi en exclusividad, por las mujeres del palenque de San Basilio,
departamento de Bolívar. Ellas se han
dedicado a producir y vender las
alegrías y otros dulces típicos para deleite de turistas y nativos por igual.
En Méjico también tienen
una alegría, pero es hecha con amaranto
y azúcar mientras que nuestra alegría lleva millo, panela y coco. El
diccionario de la Real Academia de la lengua española define alegría como
sinónimo de ajonjolí por lo que algunos creen que nuestra alegría es hecha con
ajonjolí y no con millo.
Ingredientes:
1 libra de panela
1/2 kilo de millo
1 coco cortado en láminas
delgadas
1 cucharadita de anís en grano
Lave y remoje el millo por media hora aproximadamente y escúrralo.Ponga un caldero al fuego con media taza de agua. Cuando el agua esté caliente agregue pequeñas cantidades de millo y tápelo. Cuando el grano de millo abra sáquelo y continúe con el resto hasta terminar.
Derrita la panela y cocínela junto con el coco y el anís hasta que tenga punto de miel. Vacíe sobre las crispetas de millo y revuelva para que se impregnen bien.
Luego con las manos humedecidas tome un poco de la mezcla y compáctela hasta formar una bola. Verifique que en cada alegría queden láminas de coco.