En una entrada anterior les compartí la receta de la torta negra galesa, muy ligada a celebraciones como bodas, bautizos, cumpleaños.
En Venezuela tienen una torta muy parecida, tal vez sea la misma pero adaptada a los ingredientes de la región, y que acostumbran a elaborar en época decembrina como parte de los festejos navideños, para regalar a familiares y amigos o compartirla en las cenas de navidad y año nuevo. Lleva chocolate en vez de café y, además, yo he reemplazado la mantequilla por aceite. Esta es mi versión de la torta negra venezolana.
Ingredientes:
6 tazas de harina
4 tazas de azúcar
200 g de chocolate amargo
2 tazas de aceite neutro
10 huevos
6 cucharaditas polvo de hornear
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de vainilla
1 cucharadita canela en polvo
1 cucharadita clavito en polvo
1 cucharadita nuez moscada en polvo
250 g de almendras
250 g de nueces
250 g de ciruelas pasas
250 g de uvas pasas
150 g de frutas cristalizadas
375 ml de brandy o ron
Para decorar:
Puré de ciruelas pasas
Cerezas Cherry
Lo primero que haremos es un caramelo. Para ello ponemos en una cacerola 3 tazas de azúcar a tostar sin nada de agua. Se va revolviendo y cuando esté dorado se baja y se sigue revolviendo hasta enfriarlo. Se le agrega media taza de agua.
El chocolate se pone a derretir al baño maría o en microonda.
Las uvas y las ciruelas pasas ser cortan en trozos pequeños.
Las almendras y las nueces se trituran.
La harina se cierne con la sal, el polvo de hornear, la canela, el clavito y la nuez moscada. A esto se agrega las ciruelas y las pasitas cortadas en trocitos, las almendras y las nueces trituradas. Se empapelan y engrasan los moldes. Se precalienta el horno a 180°C.
Se baten los huevos con el resto del azúcar, se le agrega el aceite y se sigue batiendo.
Se añade las frutas cristalizadas escurridas, el caramelo, el chocolate derretido y la vainilla, sin dejar de batir.
Por último, con movimiento envolvente con espátula, la harina ya lista, poco a poco.
Se pone en los moldes y se asa por aproximadamente 50 minutos o hasta que al introducir un palillo salga limpio. Se le coloca por encima un pedazo de papel parafinado.
Se desmoldan calientes, se dejan refrescar y se bañan con el ron que se reservó, se envuelven en papel manteca y se guardan.