El glaseado espejo es una cobertura que va muy bien con las tartas heladas, pasteles o mousse. Además de un acabado liso y brillante este glaseado, a base de chocolate blanco, aporte un rico sabor.
Es importante tener en cuenta que este glaseado sólo queda bien en postres fríos, por eso, si piensas cubrir una torta con él, tendrás que cubrirla primero con nata montada y llevarla a congelación para que éste se pueda adherir bien.
Ingredientes:
320 g chocolate blanco
280 g azúcar granulada
240 g leche condensada
20 g gelatina sin sabor
240 ml de agua
Hidratar la gelatina en 70 ml de agua, removiendo para que no se formen grumos, reservar.
En una olla colocar el resto del agua con el azúcar y la leche condensada. Mezclar muy bien sin generar burbujas. Llevar a fuego suave mientras remueves con un batidor de alambre.
Cuando rompa hervor, bajar del fuego, echar la gelatina hidratada y remover hasta que se haya integrado.
Cuando el glaseado espejo tenga una consistencia similar a la miel, entre 30 – 35°C, vierte sobre la torta que debe estar bien fría.
Déjala escurrir en la rejilla y guarda en la nevera hasta el momento de servir.
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